Otras referencias

Pobres y ricos en torno al Bernabéu

 

Entre el barrio de Prosperidad, el más humilde de la zona, y el de El Viso, hay solo 15 minutos andando, pero la distancia económica es gigantesca

 

El barrio más castizo pierde vecinos


Diego Fonseca Madrid 18 AGO 2015

Entre la plaza de Prosperidad, el núcleo más pobre del distrito de Chamartín, y la colonia de El Viso, una de las zonas más caras y exclusivas de Madrid, hay solo 15 minutos andando, pero la distancia económica es gigantesca. El barrio de Prosperidad, el más poblado de la circunscripción —con 36.500 personas del total de 142.700—, tiene la renta más baja del distrito y la mayor parte de la inmigración de esta zona. A poco más de dos kilómetros, entre los chalés de El Viso, el barrio con menos habitantes de Chamartín, el poder adquisitivo es de los más altos de la capital. “Como todos los distritos, este también es muy plural. La desigualdad destaca más porque hay un nivel de renta tremendo en algunas zonas”, dice Mauricio Valiente, concejal de la circunscripción.

Valiente, doctor en Derecho, nació en este barrio en 1966, 18 años después de que Chamartín, que en su origen fue un pueblo de la periferia de la capital, fuese anexionado por Madrid. Muy cerca de donde estaba su casa, en la plaza de Prosperidad, los comerciantes y los vecinos se quejan de las obras que dejaron a la calle de López de Hoyos, una de las arterias principales del distrito, con una inclinación excesiva poco antes de las elecciones del 24 de mayo. Cuando llueve, el agua se acumula y se forman charcos a la entrada de los comercios y las viviendas. “Le dijimos al anterior Ayuntamiento que estaban dejando mal la caída del suelo, pero no nos hicieron caso porque querían sacar rédito electoral”, opina Esteban Fernández, que tiene una pastelería en López de Hoyos y sufre las consecuencias en los días de lluvia.

 

Esta arteria une la calle de Serrano con la M-30, que rodea la almendra central de la ciudad. Hace unos meses, cuando la remodelaron, la anterior Corporación municipal también construyó unos alcorques demasiado altos. “Tenemos un montón de quejas de gente que sufre pequeños accidentes al chocar contra estos pequeños bordillos que rodean los árboles”, cuenta Valiente, que se reunió con los vecinos nada más tomar el cargo. También se citó con los comerciantes del mercado de Prosperidad y los trabajadores la escuela de alfabetización de la zona. En los ocho colegios y dos institutos públicos del distrito se están realizando obras de mejora. A la escuela de educación infantil Luis Bello, que durante la Segunda República fue un cuartel, Valiente destinará más recursos: “Los necesita, porque mucha gente está en situaciones precarias. Hay que apoyarla en la misma línea que el Ayuntamiento está afianzando las ayudas a los comedores”.

 

Grandes edificaciones

 En la zona de Prosperidad, donde hay más vida de barrio, hay un edificio okupado. Valiente pretende crear una mesa para mediar entre vecinos y okupas con la ayuda de Stop Desahucios. “Hay que solucionarlo, que se sienten con el Ayuntamiento, y conjugar el derecho a la vivienda con el descanso de los propietarios”, dice el concejal, que también cree que hay que reforzar la asistencia domiciliaria en el barrio. Valiente se lo conoce bien porque creció y se crio en sus calles, aunque antes había muchos descampados, de los que se acuerda, sobre los que se han erigido construcciones. En 1977, por ejemplo, se edificó en un solar vacío la actual estación de Chamartín. En los noventa, en el marco de la Operación Chamartín, un proyecto urbanístico que afectaba a 311 hectáreas y contemplaba la creación de 3,3 millones de metros cuadrados, se planteó su ampliación, además de la construcción de nuevos edificios de viviendas o rascacielos de oficinas. La operación, que sigue inacabada, ha dejado un túnel de acceso a la estación a medias. “Vamos a estudiar la entrada para mejorarla porque ahora mismo es pésima. Es uno de los puntos principales de trenes y los peatones muchas veces tienen que caminar por la carretera para llegar adentro”, dice Valiente.

 

La estación no fue la única construcción importante. A este distrito también pertenecen una de las Torres Kio y la zona financiera de la M-30, pero la joya está un poco más al sur, en el estadio Santiago Bernabéu, uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, donde el Real Madrid juega sus partidos. “Su importancia es innegable, pero hay que compaginarlo con el impacto para los vecinos. Muchos maratones y conciertos comienzan o se celebran aquí, y creo que es algo que se puede diversificar para que no siempre se les corte la calle y tengan ruido los mismos”, dice Valiente entre la muchedumbre que el lunes se acercaba hasta las tiendas del estadio. Este martes serán más: el Madrid, el club más rico del mundo, se enfrentará al Galatasaray en el Trofeo Bernabéu. 80.000 personas se acercarán a verlo.

 

 

"No se puede limpiar según las protestas"

El barrio de Prosperidad, el más pobre del distrito de Chamartín, ha mejorado su aspecto en el último mes. Las calles están mucho más limpias y sobre el pavimento solo hay algo de hojarasca después de que comenzase el plan de choque —con limpiezas a fondo una vez por semana— contra la suciedad que anunció Manuela Carmena, la alcaldesa, en julio.


 La zona ya se ha beneficiado de este nuevo plan, pero Mauricio Valiente, el concejal del distrito de Chamartín, cree que la solución pasa por una política de limpieza con un recorrido y unos horarios mejores: “Esta solución es temporal. No se puede limpiar la ciudad en función de las protestas de los vecinos”.

El Madrid de los poetas y escritores latinoamericanos

En la capital española hay al menos 35 calles o espacios públicos dedicados a los grandes de la literatura.

Los escritores grabados en las calles de Madrid.

Madrid 13 AGO 2015

Rubén Darío para algunos es simplemente una estación de metro de la línea 5 en Madrid, para otros, es el nombre de una glorieta en el barrio de Almagro en la zona centro de la ciudad. Para quienes lo conocen, es algo más, es el poeta nicaragüense considerado el padre del modernismo, el llamado príncipe de las letras castellanas, a quien en su honor llamaron la estación y la glorieta. Darío no es el único vate latinoamericano presente en la nomenclatura madrileña. Según el historiador Antonio Ortiz Mateos, en la capital española hay al menos 35 calles o espacios públicos dedicados a poetas y escritores de América Latina.

Están distribuidos por toda la ciudad, en calles, plazas, colegios y monumentos. Están en los distritos de Hortaleza, Puente de Vallecas, Ciudad Lineal, Chamberí, Carabanchel. Unos con grandes avenidas, otros con calles más escondidas. Al sureste de la capital, en el barrio de Portazgo está la Avenida de Pablo Neruda. La vía que lleva el nombre del poeta chileno desde 1983, tiene unos tres kilómetros de largo. Neruda vivió en Madrid entre 1934 y 1936, donde fue cónsul de su país. “Yo vivía en un barrio de Madrid, con campañas, con relojes, con árboles”, dejó plasmado en su poema Explico algunas cosas, refiriéndose al barrio de Argüelles.

Al recorrer la ciudad van apareciendo otros nombres. Las calles de Carlos Fuentes, de Gabriela Mistral, de Amado Nervo, de Jorge Luis Borges; el monumento a José Martí, la plaza de Julio Cortázar. La mayoría de las vías dedicadas a autores latinoamericanos han sido nombradas en los últimos 40 años. Las más antiguas datan del siglo XIX, como la calle de Ros de Olano, en honor al escritor venezolano Antonio Ros de Olano y la calle de Ventura de la Vega llamada así por el escritor argentino del mismo nombre.

Al noreste de Madrid, en el barrio de Prosperidad, en un piso en la calle de Ramos Carrión número 7, vivió Mario Benedetti en la década de los setenta. Justo frente a la que fue su casa, hay una plaza que ahora lleva su nombre y donde todas las tardes los niños que viven en la zona llegan a mecerse en los columpios. Debido a la ausencia de alguna placa o referencia, hay vecinos que ni siquiera saben que está dedicada al poeta uruguayo. En 2010, un año después de su muerte, el Ayuntamiento de Madrid aprobó que llevara su nombre.

Según el historiador Antonio Ortiz Mateos, de los escritores latinoamericanos representados en las vías, al menos 12 murieron en España. Como Juan Carlos Onetti. El escritor uruguayo, que murió en 1994, se había instalado en Madrid desde 1976 luego de salir de su país natal debido a la dictadura. También falleció en 1974 en la capital española el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura y autor de la novela El Señor Presidente.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/08/13/actualidad/1439463224_677651.html